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¿Cómo saber si el gato tiene calor? Señales de alerta

¿Cómo saber si el gato tiene calor? Señales de alerta
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A medida que se acerca el verano, del mismo modo que nos ocurre a los humanos, los gatos reducen su actividad y se refugian en lugares frescos y a la sombra. Cabe señalar que estos animales sufren mucho el calor, sobre todo si son cachorros, ancianos o sufren alguna enfermedad. Los gatos también pueden sufrir un golpe de calor, así que es fundamental prestar atención a cualquier señal de alerta.

Es relativamente fácil darse cuenta de que el gato tiene calor: está cansado y fatigado sin razón aparente, se tumba en superficies frías, como por ejemplo en la bañera, bebe mucha más agua de lo normal, etc. Cabe señalar que, al igual que los perros, los gatos no tienen glándulas sudoríparas repartidas por todo el cuerpo, sino que estas únicamente se concentran en las almohadillas de sus patas, el ano, los labios y la barbilla.

Señales que indican que el gato tiene calor

El sudor no es un mecanismo demasiado eficiente como para trabajar por sí solo. Por este motivo, los gatos tienen otros dos sistemas:

  • Acicalamiento: cuando los gatos tienen calor, pasan mucho más tiempo de lo normal acicalándose. Así, consiguen que la saliva que dejan en su pelaje se evapore y, de esta manera, se refrescan cuando lo necesitan.
  • Jadeo: esta es otra forma de refrescarse que también utilizan los perros. Mediante el jadeo, los gatos permiten que el calor que tienen acumulado en el tórax salga al exterior mediante la humedad que se produce en la lengua, boca y garganta, ayudando a regular la temperatura.

Los gatos son menos activos físicamente que los perros, así que no es muy habitual verlos jadear. Si observas a tu mascota haciéndolo, presta mucha atención, porque podría estar sufriendo un golpe de calor.

Además del jadeo, hay otras señales que indican un posible golpe de calor: dificultad respiratoria, desorientación, encías azules, temblores musculares y ritmo cardíaco acelerado.

Lo que debes hacer es llevar al animal a un lugar fresco y bien ventilado y humedecer sus labios con agua fresca para que su cuerpo se enfríe. No le fuerces a beber agua. También tienes que humedecer (no mojar) las zonas más sensibles de su cuerpo para bajar la temperatura, como las axilas, la ingles, la cabeza y el cuello.

Una vez el animal esté más estable, llévalo al veterinario para que le haga una revisión. Recuerda que los gatos cachorros, ancianos y con enfermedades son más propensos a sufrir un golpe de calor en verano.

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